El giro epistemológico de Vicent Martínez Guzmán

Escrit per Pere Ortega on . Posted in Cultura de pau

Texto leído en el homenaje tributado a Vicent Martínez Guzmán en la asamblea de la asociación AIPAZ en Granada el 30/11/2019. Pere Ortega

Vicent Martínez Guzmán (1949-2018), catedrático emérito de filosofía en la Universidad Jaume I de Castellón, nos dejó en agosto del pasado año. Tuve la suerte, desde su llegada a Barcelona, donde vino a hacer de abuelo y cuidar a sus nietas (filosofía de los cuidados), en ser vecino/s (junto con Tica Font) de Vicent, y poder contar con su amistad. Esto me permitió poder dialogar sobre múltiples cuestiones con él, y como no, las relacionadas con la paz.

Uno de los valores que más se deben destacar de Martínez Guzmán es el haber sido un hombre de amplios consensos, podía dialogar con las más diferentes disciplinas e ideologías. Se podrá añadir que no podía ser de otra manera tratándose de un hombre de paz. Pero iba más allá, para evitar imposturas y personalismos, nunca en sus conferencias y escritos se puede encontrar la utilización de la primera persona, ni en singular ni en plural, sino en condicional y nunca en imperativo. De este modo pretendía remarcar que las paces se deben buscar más allá del yo o el nosotros, sino de lo que podría o debería ser; y siempre construyendo con los otros y otras. De la misma manera que hablaba de “paces” en plural y no de “paz” en singular. Porque para afrontar los conflictos por métodos no violentos, señalaba, no hay un sólo camino, ni se conseguirá una sola paz, si no que habrá paces, diversas, diferentes, plurales y todas contribuirán a la transformación del conflicto. Y en ese sentido era gandhiano.

Su gran aportación filosófica en los estudios sobre las paces fue lo que él denominaba como “giro epistemológico”. Concepto con el que sintetizaba sus ideas sobre la paz, que consistía en el cambio conceptual que se debía originar en el pensamiento convencional, aquel que da como inevitable la utilización de la fuerza y la violencia para resolver los conflictos, tanto los interpersonales, como los sociales, políticos, y especialmente, el más perverso y destructivo, la guerra, cuando, la humanidad puede afrontarlos por medios pacíficos sin infringirse dolor y daño. En sus conferencias, era habitual que, para ejemplificar el giro epistemológico y contrarrestar a quienes denuestan o desprecian el diálogo y los medios pacíficos, repetía aquello que le hemos oído decir tantas veces: “Los pacifistas somos los realistas, los utópicos son aquellos que quieren conseguir la paz utilizando medios violentos”.

Entre sus diversas publicaciones se debe destacar su Filosofía para hacer las paces (2001). Una obra, quizás poco divulgada en España, pero de un gran reconocimiento a nivel académico, tanto en España como en el ámbito internacional, pues ha ejercido una gran influencia entre los investigadores de la paz. Porque no existe un trabajo similar que recorra todo el pensamiento filosófico en su relación con la paz. Su investigación consistió en recorrer los marcos conceptuales de las aportaciones que sobre la paz han hecho múltiples filósofos. Con el añadido de que mostró especial atención por la perspectiva de género y la teoría de los cuidados, una perspectiva especialmente novedosa en nuestro país, de la que son muestra las numerosas tesis doctorales que dirigió sobre este marco teórico y de la que son expertas algunas de sus mejores discípulas. Estuvo vinculado a numerosos centros de paz españoles, pero se sentía especialmente orgulloso de AIPAZ, la Asociación de Investigación para la Paz, de la que fue fundador e impulsor, pues veía la necesidad de que España contará con una red que agrupara a los centros, académicos o no, así como a los investigadores/as que trabajan en la construcción de la paz.

Hombre sencillo, afable y cordial con todo el mundo, pero a la vez imperturbable con el imperativo moral que lo empujaba a defender sus convicciones humanistas en defensa de los derechos humanos frente a las desigualdades económicas, sociales y de género, en especial con los más empobrecidos. Sus amigas, amigos, discípulas sin duda continuaremos siguiendo sus pasos trabajando en hacer las paces.