Armas europeas y refugiados
Jordi Calvo - El Periódico - 08/07/2017
- La UE es corresponsable de una parte de la violencia que genera flujos de desplazados
Europa no quiere refugiados. Pero no se cuestiona si es de algún modo responsable de la situación de inseguridad que sufren estas personas. No se pregunta si quizá tuviera algo que ver con los conflictos que hacen imposible vivir con seguridad en sus países. En el informe Armas que alimentan conflictos, conflictos de los que huyen los refugiados, se intenta dar respuesta a esta cuestión. El resultado nos dice que desde la Unión Europea se han exportado armas entre el 2003 y el 2014 por al menos 120.000 millones de euros a 212 países de todo el mundo. De ellos, 89 recibieron armas europeas presentando cifras considerables de personas refugiadas y desplazadas, y 63 estaban de forma mayoritaria en una situación de inseguridad considerada de conflicto y tensión. Es decir, los gobiernos que ahora cierran sus fronteras, con militares y tanques, a personas que huyen en busca de una vida mejor, han vendido armamento a un elevado número de países donde la situación de inseguridad no lo recomendaba.
Armas para países que no mejoran
Además, cabe preguntarse si las armas europeas han podido generar estos refugiados que ahora rechazamos. Es decir, si la llegada de armamento europeo a ciertos contextos inestables puede haber ocasionado una mayor inseguridad. La respuesta a esta pregunta es que los estados miembros de la Unión Europea han exportado armas a países en los que su situación de seguridad o bien ha empeorado o no ha mejorado, al tiempo que presentan elevadas cifras de refugiados y desplazados. Se trata de los principales escenarios de guerra de los últimos tiempos: Siria, Afganistán, Irak. Libia y Yemen.
Destaca como región receptora de armamento europeo Oriente Próximo, uno de los mayores focos de emisión de refugiados y desplazados de la última década. También reciben armas europeas –al tiempo que en sus países estallan guerras y millones de personas se ven obligadas a huir de sus casas– una buena parte de los principales puntos calientes del África subsahariana: la República Democrática del Congo, la República Centroafricana, Sudán, Zimbabue, Kenia, Etiopía, Nigeria, Malí, Etiopía y Mauritania. Incluso se han vendido elevados volúmenes de armas a países que claramente han empeorado su situación securitaria o que tienen un rol determinante en que sea así en su área de influencia, como es el caso de Pakistán, China, Turquía o Rusia.
Un perfecto y perverso círculo vicioso
La Unión Europea es corresponsable de una parte de la violencia armada que ha generado y genera importantes flujos de personas desplazadas y refugiadas. La actitud de sus estados miembros es, además de insolidaria e ilegal, inconsecuente e inhumana. En la Europa del siglo XXI el negocio de la guerra prima sobre el respeto a los derechos humanos y la paz. Si a ello añadimos que quienes vendieron armas a los países de los que huyen los refugiados son quienes ahora venden equipamientos militares (y armas) para evitar que entren en Europa, vemos que se trata de un perfecto y perverso círculo vicioso que ha encontrado en la Europa Fortaleza la gallina de los huevos de oro.