Libia: El IPB condena los ataques militares e insta a realizar negociaciones políticas para proteger a la población civil

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21 de marzo 2011. Una nueva era histórica abrió sus puertas hace tres meses con los levantamientos populares en Túnez y Egipto, los primeros de la "primavera árabe".

Estas rebeliones trajeron esperanza a millones de personas y una energía juvenil a sociedades que han sufrido décadas de represión, injusticia, desigualdad, sobre todo de género, y dificultades económicas crecientes. La revuelta de Libia se inspiró en aquellas victorias mayormente noviolentas, pero como el mundo ha visto con consternación, se ha militarizado rápidamente. Libia está ahora envuelta en una guerra civil a gran escala.

NO MÁS INTERVENCIONES ARMADAS

La fatídica decisión de las potencias occidentales de presionar al Consejo de Seguridad de la ONU para que aprobase una resolución que autoriza los ataques militares y una zona de exclusión aérea ha transformado la situación en una reminiscencia de la crisis de Irak de 2003. Si bien el IPB apoya el objetivo de proteger a la población civil, en Bengasi y en otros lugares, por contra condena los nuevos ataques armados por parte de potencias occidentales sobre otro país musulmán. ¿Estas  potencias no han aprendido nada de sus desastrosos fracasos en los últimos 10 años? Es evidente que no se han agotado los métodos no militares. ¿Se han impuesto y ejecutado todas las sanciones económicas? ¿Se han realizado interferencias electrónicas? ¿Se han cancelado todas las ventas de petróleo y de gas?, ¿Se sabrá alguna vez la verdad?

¿CUÁNDO APRENDEREMOS?

La fascinación de los medios occidentales con las minucias de la batalla tiende a oscurecer la memoria histórica, sin la cual cualquier evaluación clara es imposible. ¿Nos hemos olvidado de quien vendió armas y cerró acuerdos energéticos con el coronel Gadafi? Las expresiones "zona de exclusión aérea" y "ataques aéreos” ¿No evocan recuerdos dolorosos sobre las desastrosas ocupaciones de Irak y Afganistán?

ENFOQUES ALTERNATIVOS

No hay ausencia de vías alternativas de acción. Para IPB, la tarea más urgente y la manera más eficaz para llevar a cabo el mandato de Naciones Unidas sobre la “responsabilidad de proteger" a la población civil, es comenzar de inmediato negociaciones serias con el régimen de Gadafi i los rebeldes. Este enfoque debe basarse, en primer lugar, en un alto el fuego real y multilateral, y posteriormente en la búsqueda de una solución política cimentada en la democracia participativa. La ONU ya tiene un representante especial en Trípoli. Cínico o no, Gadafi ha hecho un gesto de alto el fuego que podría ser utilizado como punto de partida. Los estados occidentales, especialmente EE.UU. y las antiguas potencias coloniales, deben mantenerse al margen. El Secretario General de las Naciones Unidas y un grupo de personalidades con prestigio en el mundo musulmán deberían ser invitados a participar en cualquiera de las conversaciones que se puedan iniciar. La suspensión de los ataques aéreos podría ser utilizada como una medida de confianza. A medio plazo, debe considerarse la posibilidad de una misión de mantenimiento de la paz autorizada por la ONU, preferentemente no compuesta por fuerzas militares occidentales, y con un mandato clásico de mantenimiento de la paz (no imposición de la paz). ¿Por qué la inversión en mediación, diplomacia, construcción de confianza y esfuerzos similares es siempre una mínima parte del dinero gastado en la intervención armada?

DESBLOQUEO DE LA CREATIVIDAD

Los pueblos árabes han demostrado que tienen el coraje de romper con las costumbres del pasado y han demostrado una disciplina y dignidad admirables para enfrentarse a sus opresores. El mundo occidental debe responder ahora encontrando el valor para romper con sus propias costumbres del pasado, y aplicar la enorme creatividad de sus propias sociedades en la búsqueda de nuevas formas de resolver conflictos. El éxito en Libia -o incluso en otras partes de la región- ofrecería una valiosa inspiración para los pueblos de otras regiones que también padecen graves conflictos.

CAMBIO DE RUMBO

Todavía no es demasiado tarde para aquellos que lideran esta última jugada militar para salir del atolladero que se avecina. Instamos al mundo a movilizarse contra la guerra y la intervención extranjera, y en favor de soluciones negociadas.
Lo que se haga en los próximos días y semanas determinará las posibilidades de una solución a largo plazo. Bombardear desde el exterior tan sólo es amenazar con una mayor conflagración de consecuencias impredecibles.

ASPECTOS MÁS AMPLIOS

Hay todo un conjunto de consideraciones más amplias por explorar e importantes lecciones que deben ser asimiladas. En particular, que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad no pueden seguir haciendo de policía del mundo como si estuviéramos todavía en 1945, y que es el momento oportuno para realizar una protesta mundial contra el gasto enorme dedicado al sistema militar (1.5 billones de dólares al año) y, en particular, al comercio internacional de armas, con su correspondiente corrupción y dobles raseros.

El International Peace Bureau es claro en sus prioridades. Tenemos que desarmar a fin de desarrollar. Las necesidades básicas de la población deben ser atendidas como prioridad absoluta, no como un subproducto de la "seguridad nacional". Hacemos un llamamiento a los países e industrias productores de armas para iniciar con urgencia la conversión de la investigación y producción militar para fines civiles. El mundo nunca alcanzará los Objetivos de Desarrollo del Milenio si no abandona la forma militar dominante de pensar y actuar. Hemos aprendido en los últimos años que la democracia no puede imponerse y que los cambios de régimen son asunto sólo de la propia población. Ahora es el momento oportuno para ayudar a la gente de Oriente Medio/África del Norte a construir sociedades basadas en la visión de una cultura de paz, como se anhela en todo el mundo. Este programa fue acordado por la ONU en la preparación del Año Internacional para una Cultura de Paz en 2000 y durante la siguiente Década sobre una Cultura de Paz y la Noviolencia, que acaba de llegar a su fin, y que ahora debe ser renovada enérgicamente.
El International Peace Bureau trabaja con el objetivo de un Mundo Sin Guerra. Somos Premio Nobel de la Paz (1910) y, con el paso de los años, 13 de nuestros delegados han sido galardonados con el Premio Nobel de la Paz. Nuestras 320 organizaciones en 70 países y miembros a nivel individual forman una red mundial que reúne conocimiento y activismo en una causa común. Nuestro programa principal se centra en el Desarme Sostenible para el Desarrollo Sostenible. Esperamos tu participación.

Proyecto actual: Día Mundial de Acción sobre Gastos Militares, 12 de abril de 2011: http://demilitarize.org