Carta al País

Escrito por Pere Ortega el . Publicado en Economia de defensa

Carta dirigida al periódico El País y no publicada, en respuesta al artículo El ejército recluta el futuro de José Luís Barbería, aparecido en el suplemento Domingo del País (21/2/2010).

Bajo el título El ejército recluta el futuro, El País (21/2/2010), en su suplemento Domingo, publicó un documentado artículo de José Luís Barbería. Aunque sin citarme me sentí aludido puesto que en los últimos tiempos he escrito numerosos artículos e informes sobre la economía de defensa en España en los que he puesto en duda la eficiencia de la I+D militar. No se trata de argumentar aquí objeciones pacifistas o de tipo moral “las armas sirven para matar”, aunque evidentemente deben tenerse en cuenta. Sino de cuestiones más prosaicas: la industria militar española dentro de nuestro PIB es insignificante un 0’4%, y es en su mayoría parasitaria del estado, pues vive de sus ayudas, entre otras, de la I+D, y sin competencia (EADS, Eurocopter, Navantia, Santa Bárbara) son monopolios en su subsector de armamento. La cual cosa solo produce negativos y perversos resultados para la economía realmente productiva. La I+D es la piedra angular del problema, el gobierno (y los sucesivos) desde 1997, para financiar la puesta en marcha de los nuevos armamentos por un valor de 20.000 M€ (hoy ya son 40.000 M€) en los próximos 20 años, ideó una fórmula de “ingeniería financiera”, unos créditos reembolsables que hoy acumulan la cifra de 14.201 M€ (los datos son míos) y tan sólo se han retornado 81 M€. ¿Alguien se cree que serán devueltos? Yo no. Eran ayudas encubiertas para financiar esas armas.

Barbería apunta la prueba de fuego para hacer verosímiles las excelencias del I+D militar: Saber cuántos de los descubrimientos surgidos del I+D militar han sido patentados en la industria para su aplicación en la producción civil. No lo sabe, yo tampoco. Mientras tanto, la I+D militar aquí y en EE.UU son, hablando en plata, y si no nos demuestran lo contrario, una pérdida de oportunidad para la economía productiva.


Pere Ortega