Nuevos discursos, ¿viejos objetivos?

Escrito por Anna Sánchez el . Publicado en Seguretat i defensa

A pesar de la introducción de nuevos discursos e instrumentos en las políticas de seguridad del Estado español, hechos como la intervención en Libia o la participación española en el escudo antimisiles de la OTAN parecen mostrar como las llamadas “soluciones militares” continúan ocupando un espacio central entre los mecanismos de España para garantizar la seguridad nacional.

El pasado mes de junio, el Gobierno aprobó en Consejo de Ministros la primera “Estrategia Española de Seguridad” (EES). Este documento pretende abordar, por primera vez, la política de seguridad desde una visión multidisciplinar e integral que, más allá de la dimensión militar, comprenda aspectos diplomáticos, políticos, económicos y ambientales.

Con esta iniciativa, España se suma a un grupo de países y organismos que, con Estados Unidos a la cabeza, han venido elaborando en los últimos años nuevas estrategias de seguridad, en las cuales se dice defender una visión multidimensional y multilateral,i basada en el paradigma de las “3D” (Defensa, Desarrollo y Diplomacia).

Tal como su nombre indica, el paradigma de las “3D” quiere promover estrategias de seguridad que combinen las tradicionales medidas coercitivas basadas en el uso de la fuerza –medidas propias del llamado hard power o “poder duro”- con medidas de carácter persuasivo basadas en las relaciones diplomáticas y de cooperación internacional –propias del soft power o “poder blando”-.ii Este modelo no supone, pues, descartar el uso de la fuerza militar, un instrumento que es considerado imprescindible en varias ocasiones.

Por otra parte, es importante señalar que la mayoría de estrategias de seguridad elaboradas recientemente incluyen, al menos sobre papel, a las personas o grupos de personas, junto a los propios estados, como objetos de referencia de la seguridad.

La siguiente tabla nos muestra las estrategias de seguridad más recientes elaboradas por varios países y organismos, así como los conceptos clave de estas estrategias:

FECHA

PAÍS/ORGANISMO

DOCUMENTO

CONCEPTOS CLAVE

Enero 2010

EEUU

Quadriennal Defense Review

Smart power;

3D”;

Wider Securityiii;

Seguridad Sostenibleiv

Mayo 2010

EEUU

Homeland Security Strategy

Nov. 2010

OTAN

Strategic Concept for the Defense of Yhe Members of the North Atlantic Treaty Organisation

Defensa colectiva; Seguridad cooperativa;

Seguridad integral;

Dic. 2003

UE

Estrategia Europea de Seguridad: Europa segura en un mundo mejor

Seguridad cooperativa;

Seguridad integral;

Febrero 2010

UE

Estrategia de Seguridad Interior de la Unión Europea: hacia un modelo europeo de seguridad

Seguridad compartida;

Seguridad integral

Octubre 2010

Reino Unido

Strategic Defence and Security Review

Wider Security

Junio 2008

Francia

Défense et Sécurité National. Le Livre Blanc

Seguridad global

Junio 2011

España

Estrategia Española de Seguridad: una responsabilidad de todos

Seguridad integral

(Fuente: elaboración propia)

Tal como puede apreciarse en la tabla, varios países y organismos implicados en la operación militar en Libia o en el escudo antimisiles –ambas iniciativas orquestadas bajo el liderazgo de la OTAN–, han contribuido también a la reciente evolución del concepto de seguridad.

Es interesante, pues, comprobar hasta qué punto estas estrategias sirven de base para iniciar acciones como las apuntadas, o de qué manera dichas estrategias pretenden legitimar, con el uso de un nuevo lenguaje, este tipo de acciones militares.

Dejando a un lado la intervención militar en Libia, nos centraremos ahora en el reciente anuncio del Gobierno español sobre la instalación de la base de Rota (Cádiz) de una parte del escudo antimisiles promovido por los Estados Unidos bajo el paraguas de la OTAN.

En la propia EES (2011: p. 63) se asegura que la participación española en el programa de Defensa Antimisiles de la OTAN es una medida adecuada para afrontar de forma colectiva los retos derivados de la proliferación de misiles balísticos. En este sentido, España se compromete a participar “en la configuración de dicho programa para su extensión más allá de las tropas desplegadas”, acogiéndose así a lo que se percibe como un beneficio para el país.

Tal como se desprende de la lectura del texto, el lenguaje utilizado es suficientemente ambiguo para poder permitir lo que está previsto que será, por un lado, la instalación permanente en Rota de 4 barcos de guerra de la flota norteamericana equipados con sistemas de combate Aegis capaces de detectar y destruir misiles balísticos antes de que éstos impacten en su objetivo. Y, por el otro, el despliegue de 1.200 militares para la gestión del propio sistema antimisiles.

Nada dice la EES sobre los riesgos para la seguridad que tal iniciativa puede ocasionar. Como ha denunciado el Centre Delàs en un comunicado publicado recientemente, la instalación del escudo antimisiles supone un retroceso para la paz y la seguridad mundiales, relanzando la carrera armamentística mundial, y, especialmente, de grandes potencias como la China o Rusia, país que ha manifestado en varias ocasiones su desacuerdo sobre una iniciativa que percibe como una amenaza para su seguridad.

Así pues, pese a que la EES se ha presentado como una profunda reflexión sobre el paradigma de seguridad español, anuncios como el del escudo antimisiles nos llevan a dudar de que tal reflexión suponga un cambio real en la manera de afrontar la (in)seguridad. No parece que el nuevo marco establecido por la EES permita hacer frente a las causas reales que generan la inseguridad, como es, desde un punto de vista crítico, la misma militarización de la seguridad.

Para terminar, quisiera señalar la que me parece la hipótesis más plausible sobre el propósito real de la política de seguridad española y de las acciones militares emprendidas por el Estado español en este último año.

La EES, así como la intervención en Libia o la participación activa de España en el escudo antimisiles de la OTAN, parece responder al objetivo de garantizar la hegemonía mundial y militar de occidente como única vía para asegurar una posición relevante de España en el contexto geoestratégico internacional.

En este sentido, la seguridad de las personas sigue relegada a la seguridad y los intereses del Estado español, quien, a su vez, es habitualmente responsable de la inseguridad de los ciudadanos y habitantes de España. Mientras el Congreso recorta la inversión en servicios y prestaciones sociales, autoriza una ampliación del crédito por 86,5 millones de euros para que el Ministerio de Defensa pueda hacer frente a los gastos ocasionados por la operación militar en Libia.

i La perspectiva multidimensional de la seguridad hace referencia a distintos aspectos o dimensiones de la seguridad, tales como: militares, económicos, políticos o ambientales. La perspectiva multilateral hace referencia a la idea de que para afrontar los retos de la seguridad son necesarias la coordinación y/o la cooperación entre distintos niveles y actores.

ii Esta combinación ha recibido también el nombre de smart power o “poder inteligente” por parte del think tank norteamericano Center For Strategic International Studies (CSIC).

iii Wider security o “seguridad ampliada” es un concepte utilitzado originalment en los Estados Unidos. Hace referencia a la extensión del concepto de seguridad, en el sentido de inclusiçon de nuevas dimensiones, nuevos instrumentos y nuevos niveles de intervención en las políticas de seguridad.

iv Este concepto ha sido utilizado por think tanks norteamericanos de distintas ideologías, como el Oxford Research Group (ORG) o el Center for American Progress (CAP). Para el ORG, el concepto enlaza con una perspectiva crítica, ecologista y pacifista de la seguridad. En cambio, para el CAP –un think tank muy vinculado a la actual administración Obama– el concepto se relaciona con una perspectiva más próxima al paradigma de las “3D”. El CAP asegura que es necesario avanzar hacia políticas de seguridad más sostenibles económica y diplomáticamente. En este sentido, promueve la superación de la noción tradicional de Seguridad Nacional –centrada en el “poder duro” y en la concepción realista de las relaciones internacionales– a través de la combinación de tres elementos: la Seguridad Nacional –entendida como la capacidad de proteger y defender a los Estados Unidos ante posibles amenazas–; la Seguridad Humana –basada en el bienestar de las personas–, y la Seguridad Colectiva –centrada en los intereses compartidos de la comunidad internacional.