La banca y el negocio de las armas

Publicado en revista Athanor núm. 72 (noviembre/diciembre 2008)

Mientras unos pocos se lucran gracias al negocio de la guerra y la violencia armada, otros muchos sufren la consecuencia de la existencia y uso de las armas.

Se estima que actualmente existen 639 millones de armas ligeras en el mundo, más de la mitad en manos privadas. Las estimaciones más conservadoras afirman que el gasto militar total mundial supera el billón de dólares, lo que se corresponde con el 2,5% del PIB mundial. Esta cifra puede ser mucho superior, hasta alcanzar los 2 billones de dólares, si se tuvieran en cuenta partidas que, aún destinándose a gastos militares, se encuentran ocultas en los presupuestos de los Estados, en departamentos de ministerios que no entran en la contabilidad de los gastos de defensa.

No es difícil encontrar infinidad de ejemplos de destino del dinero público mucho más útiles para la humanidad que la industria de la guerra. Uno de ellos es que por el precio que un avión de combate Eurofighter ha tenido para España (124 millones de euros) podrían construirse tres hospitales. España ha adquirido 87 aviones Eurofighter, con un coste total de 10.795,40 millones de euros (y tiene previsto adquirir 33 más próximamente). Es decir, renunciamos a 360 hospitales, por tener 120 aviones de guerra que afortunadamente nunca usamos. En 2008 España dedicará 5.509 millones de euros a Ayuda Oficial al Desarrollo, mientras el gasto militar español será de 18.926,83 millones de euros.

Aunque sea una perogrullada decirlo, no está de más recordar que la violencia armada necesita de las armas para manifestarse. Unas pocas cifras nos pueden hacer visualizar fácilmente la magnitud que la tragedia de la guerra supone sobre la población civil. En los años 90, tres millones seiscientos mil personas murieron víctimas de conflictos violentos en todo el mundo, el 90% de estas víctimas fueron civiles.

El Estado español no es ajeno al comercio de armas. Aún es más, se encuentra entre los principales productores y exportadores de armas de todo el mundo. España ha ocupado el octavo lugar en el ranking mundial de exportadores de armas de 2006, año en que el volumen de exportaciones de armas pesadas ha sido de 845 millones de euros, el 3% del total de las armas mundiales. Recientemente, el Gobierno español acaba de presentar el informe preceptivo sobre las exportaciones españolas de armas en el 2007, en el que muestra que se ha llegado a los 932 millones de euros, un 10% más que el año anterior. En este último informe el gobierno español afirma sin rubor que ha vendido armas a Colombia, Marruecos, Pakistán e Israel, países involucrados en algún conflicto armado. También ha vendido material de doble uso (que puede ser usado como un arma) a otros países donde el uso del armamento puede ser destinado con un elevado grado de probabilidad a funciones represoras sobre su población civil, como es el caso de Irán, China o Myanmar.

 

La banca armada en España

Uno de los factores de mayor importancia para hacer viable una empresa de armas es el apoyo financiero que reciba, porque muchas de las operaciones de la industria militar son con Estados que albergan dudas sobre la capacidad de pago de sus deudas, contraídas en muchos casos por gobiernos dictatoriales o de dudosa representatividad democrática, que ofrecen menores garantías financieras a las empresas que les proveen de armas. Es en estos casos cuando es de vital importancia la participación de las entidades que aseguran las exportaciones. En España quien se encarga de tal función es el CESCE (Compañía Española de Seguros y Créditos a la Exportación), del cual la mitad de su accionariado es de titularidad pública y el resto está controlado por el BBVA, Banco Santander, Banesto, Banco Sabadell, BPE, Banco Pastor, Deustche Bank y Barclays Bank.

En la actualidad, un buen número de bancos y cajas que operan en territorio español mantienen fuertes relaciones con la industria armamentística. Es de lógica afirmar, por tanto, que parte de su lucro proviene de la violencia armada.

Estas relaciones se pueden dar de varios modos, según el tipo de operación vinculante entre la entidad financiera y la empresa fabricante de armas. La banca armada consigue lucro a través de sus participaciones accionariales en empresas productoras de armamento, a través de la financiación de exportaciones de armas (algunas de ellas a países en conflicto armado), mediante infinidad de servicios bancarios, como la apertura y mantenimiento de cuentas corrientes o de crédito, las transferencias monetarias entre estas empresas y sus clientes (algunos de ellos gobiernos de dudosa representatividad democrática), y a través de la concesión de créditos a las mismas.

Los datos a los que tenemos mayor acceso son las participaciones accionariales, puesto que son públicas y accesibles. Respecto a las mismas, en el listado que se facilita en el cuadro 1 se puede observar que el listado de bancos, cajas e inversoras que operan en el Estado español que son accionistas de la industria de las armas, es extraordinariamente extenso. Destacan como entidades financieras con un elevado número de relaciones directas e indirectas, a través de participaciones significativas en otras empresas accionistas de empresas de armas, el BBVA, Banco Santander y Caja Castilla la Mancha. Para información más detallada sobre el tipo de relación entre las entidades financieras que operan en España y el negocio de las armas se puede consultar la página web del Centre d’Estudis per a la Pau JM Delàs de Justícia i Pau y la de la Campaña BBVA sin armas.¹

Los créditos sindicados de varias entidades financieras a las compañías de armamento es otra de las operaciones de las que disponemos de información relevante. En este aspecto destacan los bancos españoles más importantes, es decir el BBVA y el Banco Santander, aunque somos conocedores de que alguna caja de ahorros, como Caixa Catalunya, se ha embarcado recientemente en la concesión de créditos a empresas de armas. En el cuadro 2 se facilita un listado de entidades financieras que han realizado este tipo de operaciones, entre las que se encuentran algunos de los bancos y cajas que operan en España.

 

 

Cuadro 1. Participaciones directas de las entidades financieras en la industria de las armas en España
Empresas militares	Participación entidades financieras
AERNNOVA Estructuras metálicas: fuselajes, alas avión militar A400M	Caja Castilla la Mancha 80%
AMPER, S.A. Electrónica de defensa, participa en grandes proyectos militares	Caja Castilla la Mancha 8,08%, Arlington Capital 5,8%, Bancaja 2,18%, JP Morgan 2,08%, Clearsteam Bank 1,26%, Cia. Andaluza Rentas 5,16%, Banco Popular 1,5% Banco Sabadell 1,04%
CESCE Empresa de servicios y seguros, implicada en la exportación de armas al exterior	BBVA 14,3%, Banco Santander 13,95%, Banesto 6,4%, Banco Sabadell 3,4%, BPE 1,8%, Banco Pastor 1%, Deustche Bank 1%, Barclays Bank 1%
CONSTRUCCIONES AUXILIAR FERROCARRILES (CAF) Modernización carros de combate y blindados	BBK 10,8% Kutxa 11%, Cajavital 3%, Bestinver 9,96%, BNP Paribas 47%
EXPLOSIVOS ALAVESES, S.A. – EXPAL (Maxam Group, antes Unión Española de Explosivos, S.A.) Toda clase de explosivos, bombas racimo, clusters, fragmentación, carcasas, detonadores, espoletas, etc	Ibersuizas 27%, Vista Capital 23%
GAS GAS MOTOS Motocicletas para las fuerzas armadas	Vector Capital (Caixa Penedés) 45%
HISPASAT, S.A. Información militar vía satélite	La Caixa 29%
IBERIA MANTENIMIENTO Revisión y reparación de aviones militares Harrier, Falcon, Hércules y Orion. Apoyo logístico al ejército del aire en aeropuertos	Caja Madrid 22,99%, Ibercaja 0,34%, Unicaja 0,11%
ICSA (Internacional de Composites S.A.) Aeronáutica de defensa	Caja Castilla La Mancha 20%
INDRA, S.A. Simuladores de vuelo, sistemas de tiro, defensa electrónica, Eurofigther, fragatas F-100, helicópteros Tigre, blindados, misiles	Caja Madrid 14,98%, Barclays Bank 5,14%, Cajastur 5%, Fidelity International 2,78%, Chase Nominees 10,08%, State Street Bank 6,5%, Chase Manhatan 5%, BBVA 1,56%, JP Morgan 5%, Caja Cantabria 1,2%, Banco Santander 0,92%, Citigroup 1,96%, Deustche Bank 1,6%, AXA 1,27%, Comerzbank 1,53%
RYMSA (Radiación y Microondas, S.A.) Comunicaciones espacio y defensa	IBV (BBVA) 65,69%
SENER AERONÁUTICA Guerra electrónica, misiles, helicópteros Tigre, avión A400	Lehman Brothers 18%, Socade 10%
SACESA (Sociedad Andaluza de Componentes Espaciales S.A.) Componentes aeronáuticos, ensamblajes y paneles	Cajasol 10%, UniCaja 5%
TECNOBIT – COMITES COMUNICACIONES, S.A. Tecnologías y adiestramientos militares	Caja Castilla La Mancha 48%, IT Deusto 48%

 

 

 

Cuadro 2. Bancos que han concedido créditos a empresas de armas

 

Empresa de armas	Bancos participantes en el crédito*
Raytheon (crédito concedido en marzo de 2005)	BBVA, Bank of America, Barclays Bank, BNP Paribas, Citigroup, Commerzbank, JP Morgan Chase, Morgan Stanley, Société Générale, US Bank
Textron Inc. ( crédito concedido en marzo de 2005)	Barclays Bank, BNP Paribas, Citigroup, Deutsche Bank, HSBC, JP Morgan Chase, Morgan Stanley, Société Générale, Bank of America
Thales ( crédito concedido en enero de 2005)	ABN Amro Bank, Barclays Bank, BBVA, BNP Paribas, Citigroup, Commerzbank, Deutsche Bank, HSBC, ING Bank, JP Morgan Chase, Société Générale
EADS ( crédito concedido en julio de 2005)	ABN Amro Bank, Banco Santander, Barclays Bank, BBVA, BNP Paribas, Citigroup, Commerzbank, Deutsche Bank, HSBC, ING Bank, JP Morgan Chase, Morgan Stanley, Société Générale
Gencorp ( crédito concedido en diciembre de 2004)	JP Morgan Chase
Lockheed Martin ( crédito concedido en julio de 2005)	JP Morgan Chase, Citigoup, Bank of America, US Bank

Fuente: Elaboración propia a partir de “Explosive Investments: financial institutions and cluster munitions” Briefing paper por Netwerk Vlaanderen. Febrero 2007.

 

La banca empieza a limitar su relación con el negocio de las armas

No todos los bancos son iguales. Existe incluso lo que se ha denominado banca ética, que en contraposición a la banca tradicional, se rige por criterios que, o bien limitan sus inversiones por no cumplir criterios éticos básicos, o bien las promueven a través de los llamados criterios positivos, que hacen que las operaciones financieras de la entidad ética promuevan actividades con beneficios sociales evidentes. Entre otros criterios, destaca que la banca ética tenga en cuenta aspectos medioambientales, de derechos humanos y, por supuesto, de desarme y de promoción de la cultura de paz. En este sentido, la banca ética es la única que garantiza que no mantiene ningún tipo de relación con la industria armamentística.

Por otra parte encontramos a una parte de la banca tradicional que, por diversas razones, decide incorporar límites a sus inversiones y operaciones financieras con algunos sectores con poca aceptación entre sus actuales o potenciales clientes. El responsable de este cambio de actitud no parece que sea un repentino ataque de moralidad entre los propietarios y directivos de tales entidades, sino que existe una creciente sensibilización de la opinión pública en contra de la guerra y sobre la necesidad del desarme para construir un mundo en paz. Como ejemplo podemos citar al BBVA, que ha estado sujeto a la campaña ‘BBVA sin armas’, y que desde marzo de 2008 se ha impuesto limitaciones a financiar algún tipo concreto de empresas productoras de armas controvertidas (minas antipersona, armas de destrucción masiva) y a empresas que vendan armas a Estados que incumplan el Código Ético de la UE. Sin embargo, a pesar de contar con una normativa propia, el compromiso de seguimiento de la misma por parte del BBVA todavía deja mucho que desear.

Además, la presión institucional sobre las instituciones financieras respecto a su relación con la industria de las armas va en aumento. En la resolución del Parlamento Europeo de julio de 2005 por un mundo libre de minas, hace un llamamiento a los Estados de la Unión a prohibir mediante la legislación oportuna las inversiones directas e indirectas en compañías implicadas en las minas antipersona y otro armamento controvertido como las bombas de racimo. Un gran avance en este sentido se dio en Bélgica en marzo de 2007, cuando se aprobó una ley que prohíbe a las entidades financieras sujetas a la legislación belga que inviertan en la producción de minas antipersona y bombas de racimo.

En conclusión, podemos comprobar que la relación entre la banca y la industria de las armas no es casual. Algunos bancos y cajas se lucran claramente con el negocio de las armas. Afortunadamente existen indicios de cambio entre la banca tradicional, que está incorporando algunas limitaciones a sus operaciones financieras con algunos tipos de armas y en algunos de sus servicios financieros. Aún así, la banca ética continúa siendo la única opción que nos asegura que ni un solo céntimo de nuestro dinero beneficiará a la industria de la guerra.

 

 

Fuentes consultadas

• “Banktrack, Mind the Gap report, 2007”. Ver página web de Banktrack

• “Informe de Desarrollo Humano 2005”, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Nueva York.

• “Informe de Desarrollo Humano 2006”, Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Nueva York.

• “Armament, Disarmament and International Security”, SIPRI Yearbook 2006

• “Ending harmful Investments” por Luc Weyn, Netwerk Vlannderen. Junio 2008

• “Explosive Investments: financial institutions and cluster munitions” Briefing paper por Netwerk Vlaanderen. Febrero 2007.

• “El escándalo de los créditos de I+D militar” por Pere Ortega, Materiales de Trabajo del Centre d’Estudis per a la Pau JM Delàs de Justícia i Pau. Julio 2008

• “Informe 2007. Exportaciones españolas de armamento 1997 – 2006”. Centre d’Estudis per a la Pau JM Delàs de Justícia i Pau. Barcelona 2008

• “Presupuestos Estatales 2008: más dinero para armas”. Centre d’Estudis per a la Pau JM Delàs de Justícia i Pau. Febrero 2007 (edición digital)

• “España destinará durante este año el 0,5% del PIB para ayuda al desarrollo” consultado en http://www.elmundo.es/elmundo/2008/01/18/solidaridad/1200665959.html