Entidades del ámbito de paz catalán valoran el gasto militar mundial en el marco de los GDAMS
Activistas y representantes de entidades de paz y derechos humanos de Cataluña se reunieron la mañana del miércoles 2 de mayo en una rueda de prensa a La Fede.cat (Barcelona), en el acto de clausura de los Días de Acción Global de la campaña internacional por la reducción del gasto militar (GCOMS, por sus siglas en inglés). En el acto, los representantes de la campaña y de las entidades de paz de Cataluña valoraron los nuevos datos del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) sobre gasto militar mundial, que desvelan que en 2017 se destinaron 1,739 billones de dólares a la guerra, un aumento de un 1,1% respeto en 2016. Buena parte de la rueda de prensa la centraron, también, los nuevos presupuestos generales españoles, que contemplan un aumento de un 6,87% de la partida del ministerio de defensa.
La acción se llevó a cabo simultáneamente en Berlín, Bruselas, Helsinki, Sydney y Tokyo, donde también se celebraron ruedas de prensa con personalidades del ámbito de la paz. Desde el 14 de abril, las cerca de 100 organizaciones miembro de la campaña GCOMS han llevado a cabo más de un centenar de acciones – este año bajo el lema “Reducir en un 10% el gasto militar podría salvar nuestro planeta”- orientadas a introducir en la agenda política y social la necesidad de reducir el gasto militar.
Los activistas explicaron que, además de a la incidencia política, la campaña GCOMS se orientará el próximo año hacia la movilización social, en la exigencia por ejemplo del no al 2% del PIB en gasto militar que quieren lograr los países de la OTAN.
El acto lo abrió Pepa Martínez, directora de La Fede.cat, destacando la necesidad desde los ámbitos de paz, cooperación y desarrollo de organizarse para exigir una reducción del gasto militar porque “no tiene sentido que trabajemos por la paz mientras continuamos aumentando este gasto".
Para Pere Brunet, coordinador de la campaña internacional por la reducción del gasto militar (GCOMS campaign), “se aumenta el gasto en defensa porque la guerra es un negocio, que enriquece a unos y mata otros. Se nos dice que además gastada, más seguridad. Nosotros decimos que a menos gasto militar, más seguridad humana”. Como receta, Brunet y la campaña propusieron "exigir a los gobiernos un 10% de reducción anual del gasto militar. Es sólo un punto de partida, una demanda perfectamente realizable, a pesar de que el objetivo es bajarla a cero”.
Jordi Calvo, coordinador del Centro Delàs de Estudios por la Paz y vicepresidente del International Peace Bureau (IPB) se centró en el caso del Estado español, donde el gasto destinado a defensa también aumenta, y además lo hace notablemente. "Tal como avanzaremos en el informe de próxima publicación del Centro Delàs, el presupuesto del Ministerio de Defensa por este 2018 es de 10.500 millones€, pero si sumamos partidas directamente relacionadas con el gasto militar, este supera los 20.000 millones de euros, un 4’48% del presupuesto total del Estado", aseguró Calvo, añadiendo: “Además, España no tiene ninguna obligación de destinar el 2% del PIB a la OTAN, es un engaño, un compromiso al cual llegaron en una cumbre, que no tienen ninguna obligación de cumplir”.
También participaró del acto Jordi Armadans, director de Fundipau, que afirmó que "no está nada claro que un aumento en el gasto militar aporte más seguridad. Invertir este gasto en los derechos humanos sería una medida mucho más prudente. El contrario es invertir al generar más problemas y alejarnos del que queremos conseguir”.
“El uso de las armas es una de las grandes maldiciones de la humanidad”, aseguró Eduard Ibáñez, presidente de Justicia y Paz en Cataluña. “Como entidad cristiana, estamos convencidos que la humanidad sólo avanzará desde la no violencia, y en este sentido emplazamos en nuestra iglesia, a nuestros obispos, a que se sumen al llamamiento por el desarme, tal como hacía el Papa Francisco este fin de semana”.
Felip Daza, co-director de NOVACT, remarcó que lo preocupante “no es únicamente el aumento del gasto militar, también los procesos de privatización y externalización de la guerra hacia las empresas militares y de seguridad privada, como Wagner Group o Dyn Corp”. Y no sólo en situaciones de guerra. Según Daza, “países como la China están externalizando funciones militares para controlar rutas comerciales y para asegurar procesos extractivistas”.
Finalmente, el activista pacifista y ex-diputado David Fernàndez, quiso agradecer al movimiento de paz catalán su lucha por el desarme, emplazando a la ciudadanía a denunciar “el aumento del ciclo inversor como organización social de la perversión” y a participar a través de prácticas como la objeción fiscal al gasto militar. “El aumento del gasto militar hipoteca el gasto social. El único futuro será el desarme".