El Santander i les armes
El pasado día 19 de junio se celebró en Santander la Junta General de Accionistas del banco Santander. Todos los accionistas de la entidad estaban invitados para aprobar las cuentas anuales, entre otros puntos del día.
Unas cuentas anuales, por cierto, que han colocado al banco español en el tercer banco del mundo en en cuanto a volumen de beneficios. No es extraño, pues, que la sesión empezara con generosos aplausos dirigidos al presidente Emilio Botín y a el resto de consejeros.
Tras el análisis económico del último año, llegó el turno de intervenciones y con esto la sesión dio un giro: se hizo evidente que había accionistas descontentos con la gestión del banco en relación a temas como la estafa Madoff o el fondo “Banif immobiliario”. Otras voces, como las de Setem y Justícia i Pau, representando a accionistas del banco, también fueron presentes para poner en evidencia su malestar con las actividades del banco. Setem, por una parte, reveló que el Santander está financiando la construcción de unas presas hidroeléctricas en Brasil que están teniendo y tendrán un gran impacto ambiental y social. Y Justicia y Pau, por otra parte, denunció que el Banco Santader tuviera una participación del 24% en el capital de una empresa que fabrica bombas y explosivos como es “Explosivos Alaveses (Expal)” y una participación del 13% en CESCE, agencia que asegura las exportaciones españolas, entre ellas las de material de defensa.
En el turno de respuestas, el Sr. Botín ante la intervención de Setem se limitó a afirmar que el Santander está comprometido con el medio ambiente, sin desmentir ni afirmar aquello que denunciaba la ONG. En el caso del vínculo con empresas militares denunciado por Justícia i Pau, el presidente empezó afirmando que las empresas militares con las cuales hacen operaciones son de alta tecnología y acabó diciendo que cumplen los requisitos como clientes del Santander (para ver la respuesta completa clica aquí).
De estas respuestas se extrae la siguiente conclusión: lo que dice públicamente el Banco Santander en sus informes y lo que hace en realidad son cosas bien distintas. Al Santander lo único que le importa es estar entre las entidades financieras que más beneficios ganan al mundo y, si para alcanzar este objetivo, debe financiar proyectos y empresas que destruyan el medio ambiente y contribuyan a generar conflictos armados, no hay ninguna duda de que está dispuesto a hacerlo, pese a que esto contradiga sus propias políticas de compromiso social y ambiental.
Tras el análisis económico del último año, llegó el turno de intervenciones y con esto la sesión dio un giro: se hizo evidente que había accionistas descontentos con la gestión del banco en relación a temas como la estafa Madoff o el fondo “Banif immobiliario”. Otras voces, como las de Setem y Justícia i Pau, representando a accionistas del banco, también fueron presentes para poner en evidencia su malestar con las actividades del banco. Setem, por una parte, reveló que el Santander está financiando la construcción de unas presas hidroeléctricas en Brasil que están teniendo y tendrán un gran impacto ambiental y social. Y Justicia y Pau, por otra parte, denunció que el Banco Santader tuviera una participación del 24% en el capital de una empresa que fabrica bombas y explosivos como es “Explosivos Alaveses (Expal)” y una participación del 13% en CESCE, agencia que asegura las exportaciones españolas, entre ellas las de material de defensa.
En el turno de respuestas, el Sr. Botín ante la intervención de Setem se limitó a afirmar que el Santander está comprometido con el medio ambiente, sin desmentir ni afirmar aquello que denunciaba la ONG. En el caso del vínculo con empresas militares denunciado por Justícia i Pau, el presidente empezó afirmando que las empresas militares con las cuales hacen operaciones son de alta tecnología y acabó diciendo que cumplen los requisitos como clientes del Santander (para ver la respuesta completa clica aquí).
De estas respuestas se extrae la siguiente conclusión: lo que dice públicamente el Banco Santander en sus informes y lo que hace en realidad son cosas bien distintas. Al Santander lo único que le importa es estar entre las entidades financieras que más beneficios ganan al mundo y, si para alcanzar este objetivo, debe financiar proyectos y empresas que destruyan el medio ambiente y contribuyan a generar conflictos armados, no hay ninguna duda de que está dispuesto a hacerlo, pese a que esto contradiga sus propias políticas de compromiso social y ambiental.