Campaña "BBVA sin armas” (www.bbvasinarmas.org)
El 12 de junio, el Centre d'Estudis per a la Pau J.M. Delàs, de Justícia i Pau, y el Observatori del Deute en la Globalització presentamos la campaña “BBVA sin armas, sin inversiones contaminantes, sin inversiones sospechosas”.
Jesús Carrión (Observatori del Deute en la Globalització)y Jordi Calvo (Centre d’Estudis per a la Pau JM Delàs) Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..
Materiales de Trabajo núm 32 (setiembre 2007)
La razón de ser de esta campaña proviene de que es práctica común de todo el sistema financiero la irresponsabilidad social corporativa. En el Estado español las prácticas irresponsables están, lamentablemente, muy extendidas entre el empresariado, que lejos de llevar a cabo una política de responsabilidad social, actúa contra el medio ambiente, erosiona gravemente la vida de comunidades y pueblos en otros territorios, o favorece mediante producciones perversas como las armas, conflictos y guerras en diversos puntos del planeta. La corporación financiera BBVA no es un entidad ajena a estas prácticas porque actúa irresponsablemente mediante la participación en industrias militares como accionista en empresas suministradoras del Sector Defensa, contra la naturaleza financiando proyectos empresariales altamente contaminantes como el Oleoducto de Crudos Pesados en Ecuador o la megafactoría de celulosa de ENCE en Uruguay y contra los países del Sur, mediante el supuesto uso de la compra de voluntades políticas a sus gobernantes o blanqueando dinero de procedencia dudosa.
Las inversiones del BBVA en empresas productoras de armamento van dirigidas a Hispasat, industria de comunicación por satélite con aplicaciones militares, Ibérica del Espacio, S.A. (industria aeronáutica y del espacio con programas militares), la empresa de electrónica Indra, que dedica alrededor de la mitad de su producción a material militar (Eurofigther, fragatas F-100, helicópteros Tigre, blindados, mísiles) y RYMSA, fabricante de sistemas de comunicación y radar (fragatas F-100). Además de CESCE empresa que facilita exportaciones de armas, asegurando tales operaciones.
Por otra parte, llama también la atención que el BBVA haya destacado por ser una de las principales entidades financieras de las exportaciones de armas italianas. De hecho, el año 2002 ocupó el primer lugar de la clasificación por volumen de financiaciones; en 2006 financió exportaciones de armas a países que no cumplen con el Código de Conducta de la Unión Europea, entre los cuales destacan Israel o Malasia; y también este año, financió exportaciones de armas italianas por un valor de más de 53 millones de euros (más de 9.000.000.000 pesetas)
Finalmente, del informe “Inversiones explosivas. Instituciones financieras y municiones clúster”, elaborado por Christophe Scheire, de la organización belga Netwerk Vlaanderen, se hacen patentes los vínculos entre las entidades financieras y las empresas productoras de armas que fabrican municiones clúster. Entre ellas se encuentra, como no, el BBVA, que participó con 25 millones de dólares en una agrupación internacional de 30 empresas financieras que proporcionó un crédito de 1.700 millones de euros para cinco años a Raytheon (EE.UU.), que produce la Joint Standoff Weapon (JSOW), una bomba que se lanza desde el aire y que tiene algunas variantes de municiones clúster. También participa en la agrupación internacional de 28 bancos por un préstamo a cinco años de 1.500 millones de euros a Thales, que produce, a través de TDA (100% propiedad de Thales) mísiles, algunos de los cuales son municiones clúster. Así como en EADS, fabricante del avión de combate Eurofighter (de la cual forma parte la empresa española Construcciones Aeronáuticas S.A., CASA) a través de una agrupación internacional de 36 bancos que proporcionaron un crédito a siete años de 3.000 millones de euros a EADS.
De entre las inversiones contaminantes, destacar que el BBVA participa en la financiación del Oleoducto de Crudos Pesados de Ecuador (OCP), aportando 150 millones de dólares al préstamo que le otorgaron entre 16 instituciones financieras, en julio de 2001. El OCP de Ecuador ha sido fuertemente criticado debido a sus impactos negativos sobre el ecosistema de Ecuador, porque provocó el desplazamiento de comunidades hacia otras regiones no contaminadas. Entre otros impactos podemos mencionar la destrucción de seis volcanes activos, de un gran número de reservas de agua fresca y de jungla virgen. Sumándole a esto las elevadas posibilidades de un accidente medioambiental al haber sido construido una gran parte sobre un territorio con elevada inestabilidad sismográfica.
Es significativo por la forma de hacer negocios el hecho de que antes de dar el dinero, las instituciones financieras introdujeron garantías y mecanismos mitigadores de riesgo para asegurarse que recibirían su dinero incluso si el proyecto se cancelaba. La principal condición consiste en que cada petrolera que utilice el oleoducto debe firmar un contrato con la OCP Ltd. especificando el volumen de crudo que quiere transportar y el importe que deberá pagar por este volumen contratado, independientemente de si lo acaba transportando o no. Estos contratos son el pilar de la estructura financiera, y reducen el riesgo a sólo uno: que una o varias petroleras quiebren (Encana, Occidental, AGIP y Repsol-YPF son consideradas “blue chip firms”, con un riesgo mínimo). Es decir, podríamos hablar de negocios sucios de alta seguridad financiera.
Pero no se acaban aquí las denuncias, porque en 2001, los servicios jurídicos del Banco de España detectaron que el BBVA había mantenido durante 13 años dos cuentas secretas en el paraíso fiscal de Jersey, otro en Liechtenstein y un cuarto en Suiza, sumando un total de 37.343 millones de las antiguas pesetas, 3.500 de los cuales estaban invertidos en 22 fondos de pensiones constituidos a nombre de consejeros del BBV, incluido el propio Ybarra.
De este modo, el Juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, asumió la investigación. El informe presentado por la Fiscalía Anticorrupción del Estado alegó que la trama se extendió de EEUU a México, Colombia, Venezuela y Perú. Teniendo como objetivo final “la obtención de posiciones mayoritarias en determinadas entidades financieras de Latinoamérica, bien comprando voluntades políticas, o legitimando capitales de procedencia ilícita”. Es decir, como corruptor sistemático y en ocasiones, blanqueador de dinero del narcotráfico en países de América Latina.
Hacer mención que el BBV en México fue acusado por la Fiscalía de operaciones de blanqueo de dinero para conseguir apoyos para hacerse con el control del banco mexicano Probursa. Para esta operación, el BBV creó una filial en Puerto Rico (país con mayores condiciones de opacidad) –BBV IIC–, que operaba a través de préstamos sin garantía. En la operación participaron el presidente de Probursa, José Madariaga, y su hombre de confianza, Eduardo Pérez Montoya, situado por el FBI en la órbita del narcotráfico. Él fue quien facilitó al BBV la participación mayoritaria a cambio de legitimarle fondos depositados en Gran Cayman.
Debido a que el BBVA, como hemos visto en los diferentes casos, invierte de manera directa e indirecta en varias empresas que producen armamento y contaminan, los promotores de la campaña queremos crear una opinión pública que favorezca un cambio de actitud de las entidades financieras y la Corporación BBVA en particular, integrando controles efectivos en el cumplimiento de los derechos humanos y estudios de impacto ambiental y social en todas las operaciones que financian, y en todos los negocios en los que participan como accionistas, ya sea de forma directa o indirecta, y en consecuencia, cancele sus inversiones en las empresas fabricantes de armamento relacionadas y anule la financiación de empresas altamente contaminantes.
Las organizaciones promotoras de la campaña dedicamos habitualmente nuestros esfuerzos a impulsar un mundo socialmente más justo. Hoy en día, el militarismo, la guerra, el deterioro medioambiental, el comercio Norte-Sur, y la deuda externa que atenaza a los países no industrializados, son las principales causas de las desigualdades que sumen a dos tercios de la humanidad en la pobreza. Por ello, creemos que la mejor manera de erradicar el sufrimiento que produce la guerra es dejar de prepararla mediante la fabricación de armas. La mejor manera de evitar la corrupción en los países del Sur es no corrompiendo a sus funcionarios. La mejor forma de obstaculizar el desempeño de las redes criminales internacionales es aboliendo el secreto bancario y los paraísos bancarios. Desgraciadamente el BBVA no es una entidad aislada en el panorama financiero, por ello también incluimos entre nuestras demandas la total renuncia del sistema bancario y financiero español a participar en el negocio de las industrias de la guerra.