"La salida de la crisis de COVID-19: ¿Trabajará la UE por la paz o se preparará para la guerra?", Comunicado de la Red Europea Contra el Comercio de Armas (ENAAT)
En el Día de Europa, la campaña por la reducción del gasto militar (GCOMS) y la European Network Against Arms Trade (ENAAT) hacen un llamamiento a la Unión Europea para que dote de fondos a la construcción de paz, no a los comerciantes de armas.
El Alto Representante de la UE, el Sr. Borrell, declaró el 24 de abril que el mundo tendrá un aspecto muy diferente después de la crisis de la COVID-19 y eso dependerá de las decisiones que se tomen hoy. La UE tiene una gran responsabilidad en cómo se verá este futuro, y tiene una elección clave que hacer: trabajar por una paz sostenible enfrentando seriamente las causas fundamentales de los conflictos o continuar el camino hacia el militarismo y la preparación para la guerra.
La pandemia actual era previsible: tanto los documentos estratégicos nacionales (de los Estados Unidos al Reino Unido) como la Estrategia Global Europea de 2016 alertaron durante años sobre la necesidad de prepararse para pandemias graves. Según el Informe de Riesgos Globales 2019 del Foro Económico Mundial, los tres principales riesgos en términos de probabilidad son todos ambientales (fenómenos meteorológicos extremos, cambio climático, desastres naturales). Y el Índice de Normandía, elaborado por la UE, identifica la inseguridad energética como la mayor amenaza para la autonomía estratégica de la UE.
Sin embargo, el gasto militar mundial experimentó en 2019 su mayor aumento en una década, un crecimiento al que Europa contribuyó en gran parte. Los Días de Acción Global sobre el Gasto Militar (GDAMS)2020 -que finalizan mañana- alertaron sobre los enormes costes de oportunidad de los niveles actuales de gasto militar: 1,91 billones de dólares en 2019, casi 5.000 millones de dólares por día, 239 dólares por persona.
En conjunto, los 28 Estados miembros de la Unión Europea (el Reino Unido fue miembro hasta el 31 de diciembre de 2019) ocupan el segundo lugar con un total de 268.200 millones de dólares, por encima de China y cuatro veces más que Rusia, como viene ocurriendo desde la última década. Esto supone un aumento del 15% en cinco años.
"Pero las armas nos proporcionan poca protección contra estos riesgos. Fortalecer aún más nuestro arsenal militar no contribuirá a la tan necesaria cooperación, confianza y diplomacia internacionales, sino que alimentará el miedo y la desconfianza, en otras palabras, nos encaminará a potenciales guerras causadas por desafíos no solucionados”, apunta Jordi Calvo, Coordinador de la campaña sobre el gasto militar del International Peace Bureau (IPB) y Coordinador del Centre Delàs d’Estudis per la Pau.
Además de los gastos nacionales, el presupuesto de la UE también se desvía a fines militares: de 2017 a 2020 se han asignado 500 millones de euros para apoyar a la Investigación y Desarrollo de armamentos y equipos punteros, con un foco especial en sistemas no tripulados y autónomos, vigilancia y tecnologías disruptivas que cambiarán radicalmente las maneras de hacer la guerra.
Este Fondo de Defensa de la UE debería beneficiarse de un aumento exponencial en el próximo presupuesto a largo plazo de la UE (MFF 2021-2027), posiblemente hasta los 13.000 millones de euros.
La crisis de la COVID-19 exige una revisión drástica de la propuesta inicial del próximo presupuesto multianual europeo, y cabría esperar un reenfoque hacia los desafíos ambientales y de salud, y hacia las comunidades más afectadas por ellos. Pero el complejo militar-industrial y sus partidarios se están uniendo y haciendo un llamamiento alto y claro para mantener o incluso aumentar la financiación de la UE para la industria armamentista.
"Cada euro del presupuesto de la Unión Europea destinado a los militares es un euro perdido para hacer frente a los retos interrelacionados del medio ambiente, el clima y la salud que representan hoy en día las amenazas más tangibles para la seguridad humana en todo el mundo y las causas fundamentales de muchos conflictos" alerta Quique Sánchez, técnico de la campaña GCOMS.
Además, es previsible que esas subvenciones a la industria militar exacerben la carrera armamentista mundial al impulsar las exportaciones europeas de armas a zonas en conflicto o en tensión; armas que a su vez alimentarán conflictos.
La Unión Europea debería, en cambio, revisar el enfoque tradicional de seguridad militar en pos de un enfoque de seguridad humana que englobe todos los aspectos de una vida digna (asistencia sanitaria, educación, seguridad alimentaria, entorno saludable...) y dejar de financiar la investigación y el desarrollo de nuevas armas en su presupuesto para los próximos años. La reorientación de los presupuestos de defensa de la UE ayudaría a financiar una muy necesaria transición hacia sociedades y economías más pacíficas, justas y sostenibles en todo el mundo, abordando así las causas estructurales de muchos conflictos.
"No hay tiempo para medias tintas y la UE no puede tener ambas cosas; en los próximos meses tendrá que decidir si sirve a la paz y a los intereses de los ciudadanos, o si complace a la industria armamentística y a la preparación para la guerra" concluye Laëtitia Sédou, Responsable de Proyectos de ENAAT (Red Europea Contra el Comercio de Armas).
Para más información:
Los Días de Acción Global sobre Gasto Militar (GDAMS) son una iniciativa del International Peace Bureau (IPB) coordinada por el Centre Delàs d’Estudis per la Pau, que comenzó en 2011. La edición de 2020 comenzó el 10 de abril y termina el 9 de mayo.
GCOMS/GDAMS web: www.demilitarize.org
La Red Europea contra el Comercio de Armas (ENAAT) se fundó en 1984 e involucra a grupos e individuos que ven el comercio de armas como una amenaza para la paz, la seguridad y el desarrollo. Se compone de 17 campañas e investigaciones nacionales, grupos de 13 países europeos y 3 organizaciones europeas o internacionales.
ENAAT web: www.enaat.org